20.1.24

Primera de Corintios Shogren, Gary S. -- Amazon

 

DESCRIPCIÓN

La primera carta del apóstol Pablo a los Corintios es uno de los libros más comentados de la Escritura. Y algunos de sus pasajes están entre los más utilizados y citados de todo el Nuevo Testamento: en el capítulo 11 encontramos las palabras pronunciadas regularmente en la celebración de la Eucaristía o Santa Cena: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido…” (1 Co. 11:23-29); en el capítulo 13 las utilizadas en mayoría de bodas: “Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, vengo a ser como bronce que resuena, o címbalo que retiñe…” (1 Co. 13:1-8). Ello hace que dispongamos de una relativa abundacia de comentarios a la misma, incluso en español.

 

Pero un comentario no revela verdaderamente el significado de las Escrituras si trata con meros detalles de exégesis, crítica textual, trasfondo histórico o retórica. Su objetivo último debe ser la comprensión del mensaje que conduce a la praxis del amor por Dios y a la obediencia a él. Sin olvidar la exégesis académica, en la que prueba sobradamente su maestría y dominio del texto griego, Shogren prioriza el aspecto de poner en práctica la Palabra, centrándose en cómo un predicador puede y debe proclamar 1 Corintios al pueblo de Dios en el día de hoy.

 

Para ello, toma las lecciones escritas para los corintios y las aplica al pueblo de Dios en Latinoamérica, demostrando que hay paralelos sorprendentes entre ambas iglesias. «La latina –afirma– supera a la corintia en muchas maneras; en unas pocas, se queda atrás; y sobre todo no está donde podría estar algún día.

 

¿Cómo es la iglesia latina?

 

 

• Ha pasado la infancia, tanto en edad como en madurez.

 

• Ya no es la niña de Norteamérica y Europa.

 

• Por otro lado, no se ha establecido completamente en la adultez.

 

• Ni ha crecido hasta una mediana edad imperturbable o una vejez avanzada.

 

 

¿Sería ofensivo preguntarse en voz alta si la iglesia latinoamericana es una iglesia adolescente? Porque no hay ninguna vergüenza en ser adolescente, ¡es una etapa del crecimiento humano diseñado por Dios! Se caracteriza por rasgos tanto positivos como negativos:

 

 

• Una explosión fenomenal de energía. Nadie está más súper saturado de energía que un adolescente... ni nadie se cansa tan rápido. Esto puede pasar en la iglesia también.

 

 

• Un crecimiento físico rápido. En el caso de la iglesia, puede crecer en número y en influencia. El crecimiento espiritual es rápido pero no siempre es consistente.

 

 

• Idealista. Los adolescentes y las iglesias sienten que lo bueno vendrá junto simplemente porque parece correcto.

 

 

• La seguridad en sí mismo alterna con las dudas acerca de sí mismo. Por un momento la iglesia latinoamericana siente que es líder mundial en espiritualidad; un lapso más tarde sufre un complejo de inferioridad. En algún punto todos los adolescentes quieren que los traten como adultos, ¡y no pueden esperar ni un minuto más! Pero en momentos cruciales quieren que los padres se apresuren a rescatarlos, a mostrarles cómo salir del peligro.

 

 

• Están entusiasmados por una idea tras otra. ¡Los adolescentes se enamoran y dejan de amar diez veces a la semana En la iglesia, el enfoque total puede estar en diezmar; el año siguiente, hay una conferencia de guerra espiritual, y ahora esa es la moda; luego la escarcha; después el ayuno.

 

 

• Orientados a pensar en el “ahora”. Es difícil hablarle a un adolescente de la importancia de

 

continuar la escuela o de esperar para casarse o de pensar en una carrera futura. La iglesia latinoamericana también piensa en términos de lo que se necesita en el momento y solo para el momento. Esto puede ser bueno y sensible. Pero, ¿cuántas veces ha pasado que una iglesia se compromete a sostener a uno de sus miembros en el campo misionero, pero seis meses después de haber salido el misionero deja de recibir la ayuda económica?

 

 

• “Una unicidad terminal” (ver aplicación en 1:2). El adolescente imagina que nadie entiende lo que le pasa. Si se enamora, ningún adulto posiblemente entiende las rapsodias o la angustia que él o ella siente. Existe una tentación en la iglesia latinoamericana a imaginar que ninguna iglesia en la historia ha atravesado por las adversidades –o el poder del Espíritu Santo– que experimenta ahora.

 

 

• Piensa que todos los demás están fríos o muertos. Para un adolescente, los mayores se mueven terriblemente despacio. La vida se escapa, y ellos tienen que esperar preciosos momentos para que los viejos actúen, se den cuenta, ¡hagan algo! Pero los cristianos deben de sentir lo mismo: ¿Cómo es posible que los cristianos viejos puedan seguir al Señor cuando muestran tan poca urgencia?»

 

Estamos ante una exposición de la Carta a los Corintios de corte completamente distinto. Con un enfoque inédito: desde la pastoral, que hace de la misma una herramienta extraordinaria. Y no tan solo por el valor de su aportación exegética, de por sí excelente, sino por su estilo funcional, para los pastores y líderes en el mundo hispano en el ejercicio práctico de su ministerio.

 

Basta con un vistazo a las numerosas notas a pie de página; y de manera especial a la completísima Bibliografía; así como a los cuatro índices que rematan la obra: Temático, de Autores, de Referencias Bíblicas, y de citas de Patrística, para darse cuenta de la magnitud del trabajo llevado a cabo por Gary S. Shogren en este comentario a 1 Corintios y de su relevancia para el liderazgo cristiano en el mundo hispano del siglo xxi.

 


 El discipulado cristiano debe incluir la vida sexual. Si alguien considera que la Biblia trata con timidez los aspectos íntimos, observe las reglas en Levítico 18 o las descripciones crudas acerca de los pecados sexuales en Israel, o la enseñanza paulina en 1 Corintios 5-7 o en 1 Tesalonicenses 4. Nuestros jóvenes discípulos deberían saber con claridad lo que la Biblia enseña y contar con el apoyo de otros cristianos. Enseñar acerca de la intimidad marital también debe ser claro. Los escritores católicos consistentemente han hablado con franqueza del amor marital; para nuestra vergüenza, a menudo sus libros y sermones son más directos, bíblicos y positivos que los de sus contrapartes evangélicos. [1]

Con frecuencia los evangélicos parecen dirigir toda su energía contra la fornicación – al menos en el plano abstracto –, pero dedican muy poco a edificar y afirmar lo que es el sexo marital sano. Cuando lo hacen, los resultados son cómicos y carnales: algunos manuales de sexo cristianos se asemejan a su contraparte pagana con unas cuantas citas bíblicas agregadas. Soy lo suficientemente mayor como para que muy pocas cosas me escandalicen; pero he escuchado mensajes que realmente me han hecho sonrojar, cuando el orador hablaba de lo sexy que es su mujer, o cargaba sus charlas de dobles sentidos sexuales.

Por otro lado, he escuchado sermones que simplemente concluyen que cualquier cosa legal que dos cristianos casados quieran hacer en su cama está bien. Estoy seguro de que tales predicadores no son vulgares, sino excesivamente ingenuos acerca de lo que sucede detrás de algunas paredes.

El Señor nos observa hasta en nuestra cama, y las relaciones sexuales deberían seguir los pasos del amor de Cristo por nosotros: Cristo es amoroso, protector, edificador, paciente, amable, dadivoso, perdonador: el fruto del Espíritu es la forma de vida para las relaciones íntimas de un esposo y una esposa cristianos. Aunque la Biblia no entra en detalles en cuanto a actividades específicas, deja la profunda impresión de que el sexo marital tiene que ver con el acto unificador de las relaciones y no solo con la estimulación como fin en sí mismo. En el aspecto sexual del matrimonio no debería existir ningún indicio de coerción; relaciones forzadas; humillación; violencia; dolor; travestismo y fantasías pecaminosas; aun cuando sea para producir estimulación. El cristiano no debe recurrir a la pornografía en ninguna de sus formas para su satisfacción o excitación sexual, las cuales deben alcanzarse plenamente con el cónyuge.

La Biblia habla un poco acerca de la cantidad tanto como de la calidad: una pareja cristiana debería seguir el modelo enseñado por Pablo y tener relaciones sexuales “regularmente”. Los rabinos de los días antiguos, quienes no dejaban al azar ninguna de las actividades humanas, mantenían distintos puntos de vista acerca de la frecuencia con la cual una pareja debía tener relaciones: y sí, hasta relaciones diarias.

¿Cómo se aplicaría esto a nosotros hoy? No tenemos un número fijo. No hay dos personas que deseen sexo con la misma frecuencia, así que es normal que una persona – a menudo, pero no siempre, el esposo – lo desee más que el otro. El espíritu de las palabras paulinas aquí es que una pareja tenga relaciones con la frecuencia que permita que el cónyuge más dispuesto no sienta la presión regular de sentirse insatisfecho. Para ponerlo en términos de Pablo, ustedes no tienen relaciones sexuales con la debida frecuencia si se están “quemando de pasión” (7:9). Esto requerirá un espíritu de paciencia cuando haya dos personas con deseos sexuales distintos, pero, ¿sería un problema para quienes cuentan con el Espíritu Santo?

En tiempos modernos, y particularmente con la incorporación de la mujer a la vida laboral, a muchas parejas les resulta difícil hallar tiempo para las relaciones sexuales. Con las lámparas eléctricas para leer de noche, con la llegada de internet, con la televisión por cable y con otras distracciones tanto los hombres como las mujeres van a la cama exhaustos nada más que para dormir o por lo menos distraídos y cansados debido a un largo día. A veces el hombre y la mujer trabajan en turnos distintos, o se acuestan a horas diferentes. Esto es demasiado peligroso, y la pareja debe tomar medidas firmes para evitar que otras cosas los distraigan de pasar tiempo juntos para tener relaciones sexuales, o simplemente para estar juntos. Si un esposo se encuentra demasiado cansado para tener relaciones por las noches, pero al día siguiente se queda paralizado ante las secretarias en su trabajo, él debe ordenar sus prioridades, ¡y rápidamente! Una esposa – o un esposo – se hace un favor a sí mismo e invierte en su matrimonio, si está accesible y se muestra amable. Una relación marital saludable es un regalo de Dios placentero a la vez que una protección contra las tentaciones externas.

Preparémonos para proclamar esta verdad sin miedo de que nos provoque burla. El pasaje aquí es práctico, no de otro mundo, en su enseñanza acerca de la pureza. Por tanto el evangelio de Cristo, el misterio de Dios, sí toma en cuenta, afirma y apoya aun hasta nuestra vida sexual.

NOTA:

[1] Estoy en contra de unas doctrinas católicas en esta área, en particular, con respecto a la contracepción. Sin embargo, note la linda sección sobre el amor matrimonial de Humanae Vitae §9].

19.1.24

Vestido corto metalizado -- Mujer ----------------- 18 ene 2024 Sometida pasivamente por un poder siendo el comportamiento de la mayoría la aceptación

Composición

Exterior: Poliéster 30%, Algodón 21%, Fibra metálica 17%, Acrílico 15%, Poliamida 9%, Viscosa 4%, lana 4%

Forro: Cupro 100%